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GOSFORD
PARK
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cartel
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Dirección: Robert
Altman.
Países: USA, Reino Unido,
Alemania, Italia.
Año: 2001.
Duración: 137 min.
Interpretación: Eileen
Atkins (Mrs. Croft), Bob Balaban (Morris
Weissman), Alan Bates (Jennings), Charles Dance
(Raymond, Lord Stockbridge), Stephen Fry
(Inspector Thompson), Michael Gambon (Sir William
McCordle), Kristin Scott Thomas (Lady Sylvia
McCordle), Camilla Rutherford (Isobel McCordle),
Maggie Smith (Constance, Condesa de Trentham),
Geraldine Somerville (Louise, Lady Stockbridge),
Tom Hollander (Teniente Comandante Anthony
Meredith), Natasha Wightman (Lady Lavinia
Meredith), James Wilby (Freddie Nesbitt), Claudie
Blakley (Mabel Nesbitt), Laurence Fox (Lord
Rupert Standish), Trent Ford (Jeremy Blond),
Jeremy Northam (Ivor Novello), Helen Mirren (Mrs.
Wilson), Derek Jacobi (Probert), Emily Watson
(Elsie), Richard E. Grant (George), Ryan
Phillippe (Hnery Denton).
Guión: Julian
Fellowes; basado en una idea de Robert Altman y
Bob Balaban.
Producción: Robert
Altman, Bob Balaban y David Levy.
Música: Patrick
Doyle.
Fotografía: Andrew
Dunn.
Montaje: Tim
Squyres.
Diseño de producción: Stephen
Altman.
Dirección artística: Sarah
Hauldren.
Vestuario: Jenny
Beavan.
Decorados: Anna
Pinnock. |
CRÍTICA
Leandro
Marques
Argentina
Altman
y su delicado amor al cine
Historias que se
cruzan y se suceden una tras otra. Pintorescos personajes
que interactúan en una casona inglesa. Algunas ideas que
repiquetean por ahí, que flotan sugestivas pero no
cerradas. Estos son los rasgos esenciales de Gosford
Park, el último trabajo del gran Robert
Altman, una pequeña joya que sirve como
una nueva muestra del talento del director de MASH, Ciudad de Ángeles y El doctor y las
mujeres, entre otras, capaz muchas veces de rozar
lo genial.
Una primera impresión podría
indicar que no hay demasiados secretos en la fórmula que
usa Altman para rubricar su impecable trabajo en este
filme, nominado para el Oscar© en siete rubros: mejor película,
director, guión adaptado, actriz de reparto (para las
excelentes Helen Mirren y Maggie Smith), dirección
artística y vestuario.
Le alcanza con un
fantástico elenco de actores de origen británico, entre
quienes, además de las mencionadas, se destacan Kristin Scott
Thomas
y Emily
Watson,
reunidos en una lujosa mansión en la que se desarrolla
toda la trama, con una deliciosa banda de sonido, una
gran tarea en el montaje para lograr un ritmo sumamente
intenso -sólo decae en algunos fragmentos de la segunda
mitad del filme-, y un guión bien logrado, que
plasma perfectamente su intención de reflejar con
sutileza e ironía los estrechos vínculos existentes
entre los personajes de la alta sociedad y la
servidumbre, siempre desde el punto de vista de los
últimos.
En cambio, una
mirada más analítica puede servir para entender el
excelente y fino trabajo que lleva a cabo el realizador.
Por qué y cómo se lleva a cabo el encuentro durante
varios días de cerca de diez personajes importantes y
una veintena de secundarios en una misma casa son
preguntas que no tienen demasiada razón de ser. Lo
importante es que están allí, todos ellos conviviendo,
y que Altman se regocija con la situación y la explota a
la perfección. Su increíble aprovechamiento del
espacio físico para abarcar diálogos, cruzar
situaciones, focalizar sutilmente el plano en
una figura cuando lo trascendente transcurre en el fondo,
y el impecable trabajo que realiza con la cámara, que
siempre inquieta espía, se entromete, captura miradas y
gestos, son sus principales armas. Complementarios entre
sí, esos recursos le permiten al director explorar el
interior de los personajes, conocer sus secretos,
mostrarlos sin las caretas con las que se enfrentan a la
vida pública.
Altman hace cine
por el cine mismo, por generar un momento apto para el
disfrute sin interesarse demasiado en conmover o dejar
una marca imborrable en el tiempo. En Gosford Park
cuenta varias historias a la vez. Y al mismo tiempo
podría decirse que no cuenta ninguna. Es tarea del
espectador decidir cuándo detenerse ante la incesante y
por momentos abrumadora cantidad de imágenes,
situaciones, nombres y datos que se tiran desde la
pantalla. Pero pese a ese ritmo vertiginoso y
casi sin altibajos, también es posible encontrar
momentos de interesante tensión, construidos con
sutileza y sin golpes bajos, que constituyen los picos
narrativos de la película. Ése es uno de los
grandes méritos del filme, el otro, la sólida tarea del
realizador, reflejada en su capacidad para no dejarse
llevar por el barullo general de la trama y permitirse
concebir espacios para la reflexión y la intervención
del espectador.
Imágenes
de Gosford Park - Copyright © 2001 USA Films, Capitol
Films, Film Council, Sandcastle 5, Chicagofilms y Medusa
Films. Todos los derechos reservados.
© 2002 LaButaca.net - Revista de Cine.
Ángel Castillo Moreno. Valencia (España).
Prohibida su reproducción sin consentimiento expreso.
Todos los derechos reservados.
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