CRÍTICA
por
Tònia Pallejà
Asalto al
distrito Carpenter
En 1976,
el entonces joven
John Carpenter, que más tarde alcanzaría una gran
popularidad por la
saga de terror "Halloween", realizó su segundo
largometraje, "Asalto en la comisaría del distrito 13", un film
que bebía abiertamente de la mítica "Río Bravo" de Howard Hawks
y presentaba cla-ras reminiscencias del clásico de Ge-orge A.
Romero "La noche de los muertos vivientes". Rodada con me-dios anecdóticos (su presupuesto ron-daba
los cien mil dólares) y actores casi amateurs, "Asalto en la
comisa-ría del distrito 13" logró trascender co-mo obra maestra de
la serie B y película de culto gracias al ima-ginativo oficio de
su director, quien balanceó los componentes del western y el
terror para construir un claustrofóbico e intenso thriller
urbano de acción, con personajes que escapaban de las convencio-nes reinantes y bañado por un
característico humor negro, abrigan-do, detrás de su delirante
argumento, un reflejo de las inquietudes sociales de la época en
torno a la violencia y el sistema policial, así como otras
reivindicaciones raciales y "feministas". El propio Carpenter revisitaría tres décadas después aquella idea,
trasladán-dola al terreno de la ciencia-ficción en la fallida
"Fantasmas de Mar-te" con resultados
harto decepcionantes.
Como
declara su título, "Asalto al distrito 13" es una
versión de aquella cinta de Carpenter, que viene a agregarse a la última
ola de remakes con la que la industria está supliendo la
aparente ausen-cia de ideas, sin reparar en exceso en
justificaciones cinematográ-ficas si la ocasión promete
dividendos. En realidad, la trama que nos ocupa no hace sino
recoger una temática muy recurrente en el cine como es la del
asedio, centrándose aquí en la historia en las últimas horas del
año de una antigua comisaría de Detroit, aislada por la nevada y que está a punto de
cerrar sus puertas definitiva-mente.
Las
diferencias entre la película de Carpenter y la actualización de
Jean-François Richet son notables, más allá de algunas modificaciones
que también afectan al desarrollo de per-sonajes y argumento en
su contra. Mientras la audaz cinta
original esta-ba protagonizada por un policía negro, aquí ha sido
substituido por un dema-crado Ethan Hawke,
y el conflicto ar-mado entre bandas callejeras y el cuerpo
policial de la comisaría movido por el afán de venganza, ha
pasado a ser un enfrentamiento entre policías corruptos que
pretenden eliminar a un testigo y policías honestos que con la
ayuda de otros delincuentes tratan de protegerlo y de paso
salvar sus propias vidas. Con la puesta al día de Richet se ha
perdido gran parte del clima opresivo y amenazante, así como su
irónico sentido del humor, y atrás han quedado también aquellas
connotaciones sociales, que han cedido espacio al conflicto
moral genérico, convirtiendo "Asalto al distrito 13" en una
neutra y común película de acción carente de per-sonalidad,
poblada de caracteres estereotipados y con esca-so peso
dramático, tan intercambiable por otras tantas que se
producen en la actualidad que no pasará a la posteriori-dad.
Sin embargo, a pesar de que en el plano comparativo salga
perjudicada y no despegue de la mediocridad en cuanto a
trama se refiere, "Asalto al distrito 13" es tan competente en
sus aparta-dos técnicos y artísticos que no sólo supera a la
media en elegan-cia y calidad, sino que no resultará
excesivamente dañina, aunque sí mucho menor, para los fans del
film de Carpenter.
El guionista James DeMonaco
(coautor del libreto de "Negocia-dor",
otro título de registro similar)
ha logrado equilibrar las escenas de tiroteos y explosiones con
unos componentes dramáticos que, aun sin gozar de excesiva
profundidad en el trazo de personajes y diálogos, cumplen su
función y no insultan la inteligencia del es-pectador. Y aunque
nos encontramos delante de un relato libre de discurso
ideológico, mantiene presentes —eso sí, de manera muy descafeinada— algunas
de las ideas que subyacían al mensaje de Carpenter en torno al
papel activo de la mujer y otras cuestiones raciales.
Respecto a la presencia de Jean-François Richet
al frente del
proyecto no se antoja del todo descabellada si tenemos en cuenta
que este realiza-dor francés, prácticamente desconoci-do en España
hasta el momento, di-rigió en 1997 "Ma 6-T va crack-er", una
historia de corte dramático en la que jóvenes de barrios
marginales es-tallaban en una ola de violencia ante la actitud
racista y facha de la policía, consideraciones que no dejaban de
estar presentes en el film predecesor de John Carpenter. Pero al
margen de estos descargos sobre su idoneidad, lo cierto es que
si por algo
sobresale "Asalto al distrito 13" de otros
largometrajes del género es
por el talento y buen juicio que Richet demuestra detrás de la
cámara, imprimiendo nervio a una narración ní-tida y oportuna no
exenta de recursos formales, sin forzar el ritmo en los momentos
en los que la película exige cierto reposo. Asimismo, tampoco cabe
olvidar que gran parte de la fuerza visual y atmósfera del film residen
en la apreciable cinematografía a cargo de
Robert Ganz, quien curiosamente
debutó en la olvidable pero distraída "Cazadores de mentes"
de Renny Harlin. Las imágenes casi tenebristas que dominan gran
parte de la película por la obliga-da oscuridad que sumerge el
interior de la comisaría, así como los desérticos exteriores
nevados, dan paso en el desenlace final a un plástico juego de
luces y siluetas recortadas en un paisaje bosco-so
nocturno. Lamentablemente, también en este sentido se ha
es-fumado la sórdida y umbrosa insalubridad que Douglas Knapp
otor-gó a la factura visual de "Asalto en la comisaría del
distrito 13".
El solvente reparto termina de dar carnadura a unos
caracteres di-bujados con brocha gorda pero de manera funcional,
pálido reflejo de los proyectados en 1976 por Carpenter. El
enclenque y desvali-do Ethan Hawke jugando a ser un tipo duro, la
siempre sólida pre-sencia de Laurence
Fishburne, el veterano Brian
Dennehy o la resolutiva Drea
de Matteo destacan por encima de una
Maria Be-llo menos convincente
que en anteriores interpretaciones y de un John Legizamo indefectiblemente
encasillado en papeles de de-lincuente vinculado con las drogas y
de nuevo sobreactuado. Por lo menos es grato encontrarse con un
Gabriel Byrne bien aprovecha-do
en un rol pequeño pero de categoría, en el que luce mejor que en
la piel de todos esos sacerdotes y comparsas de terror que
cuelgan a sus espaldas.
En definitiva, "Asalto al
distrito 13" está tan bien dirigida y consistente-mente interpretada
que sorprenderá por su aventajado nivel respecto a otras
anodinas cintas de acción, dis-pensando en buena medida el hecho
de que no aporte un novedoso conte-nido y sea bastante blanda en
su fon-do. Aquellos que no pidan
más que un rato de evasión y emocio-nes fuertes, hallarán una película que corresponde sus gustos con
un acabado mejor de
lo que es habitual, mientras que los segui-dores de Carpenter echarán en
falta la indiscutible idiosin-crasia y arrojo del film original, pero tampoco se sentirán
violentamente enojados. Creo que Jean-François Richet tiene un
prometedor futuro asegurado en Hollywood (ésta es, en realidad,
una coproducción entre ambos países) de continuar por ese
cami-no, aunque esperemos que su siguiente proyecto goce de una
ma-yor personalidad propia.
Calificación:
    
Imágenes de "Asalto al distrito 13" - Copyright © 2005 Rogue
Pictures, Why Not, Liaison Films y Biscayne Pictures.
Distribuida en España por UIP. Todos los derechos
reservados.
Página
principal de "Asalto al distrito 13"
Añade "Asalto al distrito 13" a tus películas favoritas
Opina sobre
"Asalto al distrito 13" en nuestra Lista de Cine
Suscríbete
a la Lista de Cine si todavía no eres miembro
Recomienda
"Asalto al distrito 13" a un amigo
|