CÓMO SE HIZO "PASSENGERS"
Notas de producción ©
2008
DeAPlaneta
“Cuando uno niega la
realidad, al final la verdad siempre sale a relucir”, dice el
escritor Ronnie Christensen. “Estés en la situación en la que
estés en la vida, por muy mal que lo pases, la verdad siempre
sale a relucir”. Para Christensen la verdad que inspiró
Passengers fue el miedo a la paternidad que sintió según se
acercaba la fecha de nacimiento de su primer hijo. Ese miedo al
momento que va a cambiar tu vida para siempre se tradujo en un
accidente aéreo, la “situación que más puede asustar”, a través
de la cual emerge un amor que es testigo de la verdad. “Estaba
muy asustado con la idea de tener a mi primer hijo”, dice
Christensen. Cuando analiza la película, la productora Keri
Selig, una amiga de toda la vida de Christensen, lleva la
metáfora más allá. “Ronnie estaba aterrorizado con la idea de
convertirse en padre porque sabía que la vida que había llevado
hasta entonces se acabaría. Passengers representa la muerte y un
nuevo comienzo de la vida, la vida después de la muerte. Cuando
la leí pensé, guau!, esto es increíble”. Christensen había
estado trabajando con Selig y sus colegas, Matthew Rhodes y Judd
Payne, desarrollando otros proyectos, y les dio Passengers de
repente. Los tres productores la leyeron por su cuenta un
domingo por la tarde y el lunes los tres estaban de acuerdo en
que era un proyecto que merecía la pena llevar a cabo. Lo que
les sorprendió a todos fue el final que, según comentan los
tres, fue una suerte no saber cómo acababa. “Porque no nos había
preparado”, recuerda Rhodes, “no teníamos ni idea de la inmensa
sorpresa que nos esperaba. Eso es lo que de verdad nos enganchó
de la película”. Vendieron el proyecto a Mandate Pictures y los
productores se pusieron a buscar un director. Selig acababa de
ver la película Cosas que diría con sólo mirarla, de Rodrigo
García y estaba convencida de que él era la persona adecuada
para Passengers. “Les dije a todos los de Mandate: este es
nuestro director”. No era la elección más obvia, pero para mí
García entiende a los personajes y trae algo fresco, su trabajo
es exquisito. Llamé a su agente y le rogué a ella y a Rodrigo
que leyeran el guión. Pasó un mes sin respuesta, así que empecé
a llamarle a diario. Al final, según ella misma lo cuenta, le
dio el guión a Rodrigo solo para quitarse de en medio mis
llamadas. Al día siguiente de haberlo leído dijo que sí, así que
el que la sigue la consigue”.
“Rodrigo acababa de
terminar Nueve vidas”, añade Judd Payne. “Todavía no se había
estrenado pero pudimos ver la película y las actuaciones eran
simplemente increíbles. Sabíamos que era alguien capaz de atraer
un reparto estupendo. Así que cogimos el teléfono y empezamos a
negociar a Rodrigo con los agentes. Estaban entusiasmados; a
Rodrigo se le considera un director de actores.
García dice que la
historia le pareció atractiva, “pero sin duda, los
acontecimientos de las últimas veinte páginas me cautivaron”,
dice el director. “La historia es muy fuerte, muy emocional, y
prefiero las historias que tienen que ver con mujeres
importantes, historias para mujeres. Es una historia con mucha
fuerza, como historia de suspense, como complot, está muy bien
equilibrada”.
El guión llegó hasta las
manos de Anne Hathaway, que lo firmó para interpretar a Claire.
Hathaway, la hija de la actriz Kate McCauley, empezó a actuar a
muy temprana edad, y asistió al Barrow Group en Nueva York
cuando era una adolescente. A Hathaway “le encantaba la idea de
interpretar a una chica que no estaba viviendo la vida al
máximo, una chica gobernada por el miedo pero con oportunidades,
con formas de salir de ahí. Claire sabe que tiene talento y que
es muy lista, pero está intentando aparentar ser un adulto ante
el mundo mientras que al mismo tiempo no se está enfrentando a
su vida emocional de una forma adulta. Una yuxtaposición
fantástica. Y la película lo tiene todo: acción, amor,
crecimiento personal. Es grande y clásica y a pesar de todo,
pequeña como un estudio de personajes. Pensé que reunía lo mejor
de los dos mundos”.
Hathaway estaba enamorada
de la idea de trabajar con García después de que los dos se
encontraran para hablar sobre el guión. “Estaba completamente
enamorada de Rodrigo desde nuestro primer encuentro”, dice
Hathaway con cariño. “Tuvimos una larga conversación sobre
grandes temas, la vida y la muerte y las relaciones amorosas, la
integridad, cómo cada uno vive su vida. Puedo ser una persona
bastante tímida cuando se me conoce por primera vez, así que ser
capaz de hablar con alguien tan libremente fue muy emocionante
porque pensé, bueno, si estamos aquí sentados en una mesa y
puedo decirle todas estas cosas sobre mí, me sentiré muy cómoda
cuando interprete a mi personaje yendo a todos esos sitios de
los que estamos hablando. Es un hombre increíblemente
encantador, divertido, cariñoso y adorable. Quiero hacer todas
mis películas con él”.
Cuando Hathaway aceptó el
proyecto el equipo de producción estaba encantado. “Annie tiene
un carisma increíble”, dice la productora Julie Lynn
entusiasmada. “Tiene una inteligencia mordaz que la cámara no
puede evitar captar. Se deja ver a través del talento que aporta
y en cómo ejerce su trabajo. Es una parte esencial de su forma
de ser y funciona a la perfección para el papel de Claire.
Con García y Hathaway a
bordo, el proyecto estalló. “Nos levantamos al día siguiente y
las llamadas nos invadieron”, exclama Matthew Rodees. “Empezamos
tan rápido en la preproducción que durante las dos primeras
semanas todavía estábamos trabajando en los horarios. Mientras
tanto, teníamos veinte personas construyendo un avión”.
Hathaway aceptó en
noviembre de 2006 y en enero 2007 la película ya se estaba
rodando. “El quid de la cuestión era que disponíamos de muy poco
tiempo porque Anne tenía que rodar su próxima película”, dice
Rhodes. “Así que tuvimos que arrimar el hombro. Pero Rodrigo es
un profesional consumado y había pasado tanto tiempo tratando de
comprender a los personajes de la historia, que sabía claramente
lo que quería. Eso hizo todo mucho más fácil”.
Con tan poco tiempo antes
de empezar a rodar, los productores hicieron una lista con sus
preferencias para los actores que faltaban y empezaron a
contratarles muy rápido, con un poco de ayuda del director.
“Tuvimos mucha suerte de contar con Rodrigo”, dice la productora
Keri Selig, “Porque cogía el teléfono y decía, “Quiero hacer
esto contigo”. Fue tan fácil que conseguimos a todo el mundo que
queríamos.
“Todos”, incluido Patrick
Wilson, Dianne Wiest, Clea DuVall, David Morse, y Andre
Braugher. “Wilson”, dice con entusiasmo la productora Julie
Lynn, “es un actor increíblemente versátil, un aventurero que
aporta un montón de diversión al personaje. Morse es
“alucinante, una revelación cuya amplitud no se puede apreciar
del todo hasta que le ves trabajar. Es como si absorbiera el
carácter y el objetivo de cualquier personaje que interpreta
para interpretarlo en su cuerpo, y entonces brota de él, hace un
trabajo estupendo”. Y Braugher, termina Lynn es “tan cariñoso e
inteligente que lo único que quieres es pasar el día a su lado.
Claro, ¡como Claire!”
Con DuVall y Wiest, García
retomó la relación que tenía con ellos para atraerles a
Passengers. DuVall y García habían trabajado juntos Mi padre y
mi hijo y Carnivàle, y aunque el papel de Shannon ya existía en
el guión original de Ronnie Christensen, García “rescribió
algunas partes del personaje con Clea en la cabeza” dice. “Es
muy buen actriz. Es tan natural que tienes la sensación de que
no está trabajando en absoluto; simplemente fluye de ella. Pero
trabaja muy duro, se prepara rigurosamente”.
En relación a Wiest,
García estaba trabajando con ella en In Treatment, una serie
para el canal HBO, pero en este caso al director le daba un poco
de vergüenza preguntarle a una actriz tan buena que aceptara un
papel tan pequeño, admite la productora Julie Lynn. Dijo,
“recoge Oscar como yo recojo perritos calientes”. Pero todos
nosotros, Keri y yo misma y los directores de reparto dijimos:
no, contratémosla si podemos, que elija ella. Y Dianne aceptó”.
García se alegró de
aceptar su consejo. “Realmente, Diane llevó ese papel a un nivel
completamente diferente”, cuenta con entusiasmo. “No es un papel
con muchas escenas pero realmente lo interpretó con entusiasmo y
lo hizo muy divertido”.
Mientras estábamos
eligiendo el reparto, García y los productores se fueron a
Vancouver, Canadá, para empezar la preproducción. Era invierno,
hacía frío y llovía y, aunque el motivo de rodar en el norte era
económico, dice la productora Keri Selig, “la verdad es que
estoy muy contenta de que lo hiciéramos ahí. Nuestra película es
muy gris y nublada así que el tiempo la realzó. Sí, a veces
hacía frío, pero esa era la apariencia que buscábamos. Así que
tuvimos mucha suerte rodando ahí.
El director de fotografía
Igor Jadue-Lillo se ríe cuando oye al resto quejarse sobre el
frío y la lluvia. “A todo el mundo le daba mucho miedo el frío
pero a mí me parecía que el tiempo era una maravilla, una gran
herramienta en esta película. Teníamos esos cielos increíbles,
dramáticos, y una luz fantástica en exteriores. Cada vez que
empezaba a llover me ponía contentísimo; ayudó muchísimo para
conseguir este mundo”.
Algo que diferencia esta
producción de otras que se han rodado en Vancouver fue la
decisión de no esconder la ciudad o hacer que pareciera otra.
“Cuando llegué aquí por primera vez”, dice García, “pregunté:
¿por qué nunca se ve la ciudad? Siempre hacen que Vancouver
parezca otro sitio. Así que animé a David Brisbin, nuestro
diseñador de producción a que mostrara la ciudad. No la llamamos
Vancouver; simplemente es donde la película tiene lugar. David
hizo un magnífico trabajo creando este mundo que él llamó
“Vancouver etéreo” una combinación de azules marinos y verdes
inspirada por los alrededores “iluminada y diseñada al estilo de
una película de suspense con una pequeña paleta de colores y una
luz caprichosa”.
“David Brisbin hizo un
trabajo extraordinario”, añade Lynn. “Se preocupa mucho. La
mínima criatura en el apartamento de Eric, o el inmenso casco
del avión accidentado, todo es igual de importante para él. Y a
David le interesa cómo su diseño está al servicio de la
película, no como la película está al servicio del diseño. Esta
es una virtud excelente en un diseñador de producción. No tengo
palabras para agradecérselo. Es un excelente colaborador, un
verdadero artista, un caballero”.
La iluminación, traerla a
un primer plano en lugar de que se someta a la película, fue una
de las cosas principales. “Algunos directores”, dice David
Morse, “son los capitanes de este inmenso barco y se sienten
como que todo ocurre gracias a su fuerza de voluntad. A menudo,
abusan de la gente para conseguir que las cosas se hagan.
Consiguen un buen trabajo, y con muchos de ellos volvería a
trabajar, pero no siempre es agradable trabajar en ese tipo de
películas. Con Rodrigo no se tiene esa sensación para nada.
Somos todos haciendo que esto salga adelante. No obliga a nadie
a que haga nada; todo el mundo le adora así que quieren hacerlo
por él. Es un ambiente creativo”.
La productora Julie Lynn,
que ha trabajado con Rodrigo en muchos proyectos, apunta que “lo
que hace de Rodrigo un buen director es que está abierto a
colaborar sin desestimar su propia opinión. Le pide a la gente
que ponga su opinión encima de la mesa; no le asustan las nuevas
ideas y a menudo se le oye decir ¡sorpréndeme! Al mismo tiempo
se puede confiar en él; la gente se siente protegida y segura.
Tener a alguien que está abierto a la colaboración y que al
mismo tiempo está muy seguro de lo que quiere es una combinación
excelente. Hace que sea un placer venir a trabajar”.
Con un calendario de
rodaje de cuarenta y dos días, esa colaboración y cooperación
eran esenciales. “Fue un reto”, admite el director de fotografía
Igor Jadue-Lillo. “Rodé sin parar. Pero tengo que decir, que
desde el punto de vista de la producción, cualquier cosa que
necesitáramos la teníamos. Conseguimos las grúas, los barcos,
los cabos del muelle y terminamos muy bien. Yo tenía dos
operadores de cámara estupendos, Jim Van Dyke y Gary Viola, y un
excelente técnico de iluminación, Drew Davidson (trabajaron
realmente duro para tener todo listo). El departamento de
cámaras mantuvo el listón muy alto, y lo mismo puedo decir de
los maquinistas y de la parte eléctrica. No hubo retrasos. Fue
absolutamente impresionante. No puedo estar más contento.
Tuvimos mucha suerte de tener un equipo increíble.
Sin embargo, donde el
equipo se superó, fue en la creación y el rodaje de las dos
escenas de la película con efectos especiales, cuando cae el
avión y cuando Eric se funde entre los trenes en marcha. Para
estas escenas, García tenía toda su confianza en el trío formado
por el diseñador de producción David Brisbin, el coordinador de
efectos especiales Jak Osmond, y el supervisor Doug Oddy de
Vancouver’s Technicolor Creative Services.
La secuencia del
accidente, que sigue al avión desde la explosión a una altura
elevada al momento del impacto en la playa fue una compleja
mezcla de planos en vivo y animación con el ordenador.
“Estábamos rodando con una cámara envolvente de 180 grados y
varios escenarios para el interior del fuselaje cuando se abre
hasta que se impacta contra la playa.”, explica Doug Oddy.
Probablemente utilizamos un día entero de helicóptero para
grabar los diferentes ángulos del avión, el costado, las vistas
de la ventana, que los unimos con un ala digital y un motor
digital en llamas, con la ruptura del avión que también es
digital. El costado del avión se abre por completo y vemos como
el horizonte se acerca cada vez más. Es una de las
originalidades de este accidente de avión: todos los planos
tienen lugar dentro del fuselaje, justo en el punto del impacto.
Para esta excepcional
perspectiva del accidente Oddy le atribuye el mérito al
director. “Cuando estábamos viendo que los efectos funcionaban,
antes de que hubiéramos hablado con el director, veíamos los
planos de una cierta manera”, cuenta Oddy. “Y todos tendemos a
tener un modelo genérico en nuestra cabeza que se construye en
base a las experiencias que hemos tenido. La mayoría de nosotros
no ha vivido la experiencia de sobrevivir al accidente de un
737, así que tendemos a imaginarlo con lo que sí hemos visto,
que normalmente son otras películas. Esto cambió por completo
cuando hablamos con Rodrigo; lo interpretó de forma rotundamente
diferente. Lo cambió por completo dándole mucha energía. Su
visión se centraba en la fría realidad de lo que debe de ser que
un avión caiga hasta el suelo. En los dos minutos que realmente
se tarda en perder altitud, ¿qué es lo que ocurre dentro de la
gente?
En este sentido los
efectos especiales y visuales estaban diseñados para trabajar al
servicio de los personajes y no como espectáculos en sí mismos.
“Queríamos que la película pareciera realista, no sobre
diseñada”, dice el director García. “Lo que les ocurre a los
pasajeros en el avión es horrible y traumático, pero mantuvimos
la relación entre la gente pasando por esto, enfrentándose a lo
que podrían ser sus últimos momentos, como el tema principal. La
idea no era terminar con un estallido de efectos especiales
porque, esa no era la historia; la historia va de la gente que
está a bordo.
Sin embargo, el accidente
resultó espectacular, especialmente para los que estaban en los
alrededores y fueron testigos del accidente y de las inmensas
explosiones y que frenéticamente llamaron al 911 hasta que
corrió la voz de que era el escenario de una película en la zona
de playas llamada Spanish Banks en Vancouver. "Teníamos todo el
fuselaje del avión roto y repartido por toda la playa", se ríe
la productora Keri Selig. "La gente que paseaba y pasaba en
coche por ahí pensó que se trataba de un accidente de avión real
y alucinaron. Avisamos a los medios, hablamos con todo el mundo,
pusimos carteles por todos lados. Y se convirtió en un día
extraordinario. Todo el mundo de los alrededores vino con sus
niños y sus cámaras de fotos. Parecía que estábamos rodando la
película con toda la ciudad. Todo el mundo nos recibió con los
brazos abiertos".
El otro gran escenario
para el equipo de producción fue cuando Eric desaparece entre
las vías del tren, otra toma compleja que integra rodaje real y
animación por ordenador. La escena, en la que Eric se encuentra
entre dos trenes que viajan muy deprisa en sentidos opuestos era
demasiado peligrosa para grabarla completamente en vivo y
también, dice Doug Oddy, "demasiado difícil de controlar desde
el punto de vista técnico. La escena necesitaba por lo menos
cuatro o cinco vías; esa es una sección de cualquier vía de
trenes muy concurrida. Controlar el rodaje es difícil porque hay
muchos trenes con horarios fijos y la localización en si misma
es un sitio difícil y peligroso para rodar porque, como es
natural, es difícil parar a un tren -si tienes al equipo de una
película con cables por todos lados, no somos los más rápidos en
quitarnos del medio. Eso, y poner a un actor delante de un tren
en marcha es algo que cualquiera intentaría evitar”.
"Así que se tomó la
decisión de que usaríamos trenes digitales. Se combinó un poco
de trabajo con pantallas verdes, un montón de efectos de
iluminación interactiva para la luz que simularía trenes en
marcha, combinado con algunos efectos especiales que ayudaron
-viento interactivo y restos de los trenes que pasan- y
consiguieron una secuencia que funciona muy bien.
Fundamentalmente, necesitamos dos trenes en marcha y uno
estático y Eric en medio de las vías. Rodamos una serie de
escenas de pases con Eric contra una pantalla verde con luces
interactivas justo sobre él. Después dos pases de fondo con luz
interactiva mientras una carretilla se deslizaba por las vías
con luces en los mismos sitios que las tendría un tren.
"Después tomamos varios
planos del ambiente para ser capazas de pintar la luz de fondo
para cualquier cosa que nos faltara. Cortamos todas estas
partes, construimos el tren digital, lo pusimos en el rodaje,
añadimos un poco de movimiento de cámara y ya teníamos nuestra
secuencia".
Oddy hace que lo que fue
una escena terriblemente difícil parezca fácil, quizás porque no
fueron las escenas con efectos especiales las que más le
emocionaron, sino las escenas con matices sutiles que los
equipos de efectos especiales y visuales consiguieron incluir en
la historia. "Algunos de los efectos son más bien sutiles", dice
Oddy, "el desarrollo del humor o ayudar a transmitir una emoción
que de otra forma a uno le pasa desapercibida. Esta es una
película que después de haberla visto una vez, uno se da cuenta
de aspectos completamente diferentes la segunda vez que la ve. Y
la historia contribuye a esto. Uno piensa que esta viendo una
cosa pero en realidad lo que está viendo es un reflejo de otra
realidad. Ser parte de ese toque sutil es lo que más nos gustó".
Todo el mundo está de
acuerdo en que será el final inesperado de la película el que
capturará la imaginación de la audiencia, no sólo por el shock,
sino porque le deja a uno con la sensación de que ha visto una
película completamente diferente de la que estaba esperando.
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