El error suele ser de método: la animación no es ni una herramienta ni, como acostumbran tantas clasificaciones acomodaticias, un género. Imaginen un contenedor de piezas Lego: cada extracción puede dar pie a combinaciones insólitas y a imágenes fabulosas, aunque se trate de ladrillos de apariencia realista dotados de colores y aplicaciones ajenos a nuestro mundo. Un ... leer más ► |
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