El cine es artificio. Y el musical quizá es, de todos los géneros, el mejor indicador de ese artificio. En él, los personajes se permiten abrir su realidad en canal para soñar cantando, o celebrar toda una gama de sentimientos entonando la melodía que mejor los enfatice. Puede servir como excusa para exacerbar pasiones, para rezumar velada promiscuidad o servir a la c... leer más ► |
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